lunes, 3 de septiembre de 2007

Juan Sandoval Moya: "Representación, discursividad y acción situada"

Tras el quiebre epistemológico del Conductismo, como una corriente dominante que nace de la crítica al subjetivismo que prevalecía en el ámbito psicológico; emerge alrededor de los años 50 un nuevo discurso científico que da cuenta de un estudio de la mente y cognición humana de la representación de la realidad.

Esta tesis se funda en un contexto cultural donde los cambios revolucionarios de la tecnología, son considerados como un recurso objetivo para dar cuenta de la existencia de una entidad mental. Comparables en su funcionamiento y organización de la información.

La “Metáfora del Ordenador” (Turing, 1935), como analogía que refiere a un individuo y una máquina, es el eje epistemológico del programa cognitivista, que asienta sus bases teóricas en los postulados de cómo operarían la mente humana y un computador al recibir una orden. Estos procesarían de igual forma símbolos (sustentado en la lógica y la matemática) formales, reglados y sintácticos en esquemas mentales que clasifican y ordenan la realidad. Este sustento no toma en cuenta la dimensión contextual y social de cada individuo en interacción con otros, y aunque en sus inicios el cognitivismo pretendió realizar estudios de los significados de como se interpreta la información, centro sus intereses únicamente en como era procesada la información en un sistema limitado o de contenido estrecho, que da cuenta de una mente que opera independiente a las emergencias del contexto en el que esta situado el individuo. El cual entiende y significa el mundo, en base a sus propias experiencias y creencias para tener un sentido de continuidad, pero como un ente que representa en su interior una copia de la realidad externa.

La critica que en estos apartados se hace al cognitivismo, desde distintos autores, disciplinas y épocas. Aluden a que este modelo posee una visión individualista de la existencia de un procesamiento interno con independencia del mundo que le rodea e ignorando la existencia de una dimensión social.

Se entiende que exista un funcionamiento interno, como sistema con procesos de atención, memoria, percepción; pero no es posible obtener un conocimiento objetivo y fidedigno del mundo, sin considerar que en estas formas de representar e interpretar la realidad, se enlazan en un mundo compartido por hombres y mujeres que interpretan y significan mediante el lenguaje; que no es un mero código lingüístico que opera en el sistema como información para ser interpretada. Es mediante este lenguaje que las personas se relacionan y conocen el mundo.

Por lo tanto, el lenguaje va adquiriendo un sentido si se comprenden las reglas de los usos que este tiene en relación a formas de vida de cada persona, como miembros de una cultura, sociedad y con una preconcepción histórica.