viernes, 2 de noviembre de 2007

Martín- Baró y Maritza Montero

A partir de la bibliografía de la cátedra (Martín- Baró y Maritza Montero),¿Cuales serian los principales alienamientos que el psicólogo social debería seguir?


De los escritos de Maritza Montero y Martín Baró, nos es posible realizar dos reflexiones de la cual se desglosan los siguientes alienamientos con respecto a lo que el psicólogo social debiera seguir.

La primera reflexión posibilita el hacer consciente del psicólogo, que es parte de la relación social y por tanto también pertenece a la misma producción y armazón que le ha tocado vivir.

En su actividad el psicólogo debe tomar en cuenta la posición que ocupa en la sociedad y conocer la realidad histórica, social y política en la que está inmerso. mediante este ejercicio podrá comprender las fuerzas que ponen en marcha a los individuos que: comparten, se relacionan y coordinan socialmente.

Esta condición humana no le debe ser ajena, en tanto pueda develar las situaciones de poder y dominio que generan realidades de opresión. El conocimiento de las formas en que se han gestado muchos de los acontecimientos que aquejan históricamente al contexto donde esta inserto, le posibilitará al psicólogo social, no mantener el vetusto paradigma centrado en explicaciones lineales de los hechos, que limitan y mantienen formas de relación basadas en el poder hegemónico del ejercicio, reduciéndolo a un método universalista hipotético –deductivo, que intenta controlar y predecir el comportamiento humano, en tanto encapsula y mantiene los fenómenos sociales mediante una tradición centrada en su objeto de estudio, que guarda distancia entre la naturaleza del conocedor y lo que desea conocer, bajo el principio de objetividad.

Estas formas de forjar realidades cristalizan e ignoran todo proceso histórico y devenir de la persona, produciendo construcciones ideologizadas de falsa conciencia, puesto que universalizan intereses de la clase dominante.

La segunda reflexión discute con la interpretación que se tiene del individuo en relación a su contexto y se plantea un método conducente a comprender los procesos de producción, para entender el objeto fundado y así considerar lo emergente, lo que surge de la práctica social y que va configurando realidades que están sujetas a cambios permanentes.

Una perspectiva dialéctica de reciprocidad entre individuo y sociedad que se comunican, da cuenta de la imposibilidad de separar sujeto y objeto, ambos se influencian y construyen realidad. En tanto al psicólogo en su práctica, le es posible producir un conocimiento, que es distinta a la del sentido común y puede posibilitar líneas de acción para la transformación y el cambio social, donde sujeto, objeto y conocimiento se influencian.

Este entramado: sujeto, objeto y conocimiento en el accionar del psicólogo social, permite dilucidar desde el presente, situaciones que agobian al individuo y que no deben ser categorizados o normados, sino que implican posicionarse en una dimensión que comprenda los modelos: políticos, económicos, sociales y culturales en la que se está inmerso.

El plantearse desde un horizonte temporal, que posibilita la conciencia de los sustentos a la base de un paradigma y lógicas dominantes, es que se comprende la raíz de la que emanan las injusticias que manifiesta el pueblo latinoamericano y se plantea la urgencia de generar nuevas prácticas en la Psicología, que respondan a las necesidades de hacer consciente , el

propio actuar sobre el mundo, que refleje lo que se es y como nos coordinamos y encontramos con los otros en el actuar social, para generar que las personas conduzcan su existencia con un saber critico sobre sí y lo que les rodea , para mantener la identidad y la autonomía que conduzca a la liberación.

jueves, 1 de noviembre de 2007

Paradero de micro


El acto de pararse en un paradero a tomar la micro, es un acto cotidiano y conocido para cualquier persona de la ciudad de santiago de chile, sin embargo, cada paradero tiene sus normas y con ello trae formas de comportamiento distintas que emergen en cada esquina que posee aquel distintivo y dominante letrero. Aquel proceso continuo que invita a los ‘ciudadanos’ a actuar de una determinada manera, a modo de objeto construido cooperativamente en la interacción social, enmaraña una conversación de gestos articulados por la lógica de estimulación-reacción, en tanto, entendemos que un acto social es en la medida que un gesto produce un gesto de otro. Por ejemplo. En algunos paraderos nos encontramos con que es absolutamente trivial hacer la fila para subir a la micro. Pero ¿Qué pasaría si nos preguntáramos hoy en día como nos mirarían si intentáramos pagar al chofer con monedas, o si le solicito a un anciano que me de el asiento, o si le canto una canción al chofer para entretenerlo, o si decido esperar la micro en el paradero sin hacer la fila, o hago la fila y luego me quedo abajo? Si bien nadie nos dice como debemos comportarnos en un paradero de micros, de alguna forma sabemos como hacerlo. Se puede apreciar por lo pronto que estamos situados bajo reglas de comportamiento, que si bien no las crea nadie, gobiernan absolutamente la situación y además parecen tener significados cristalizados, estabilizados y con la sensación de ser universales. Estos nos permiten saber como accionar en esta situación concreta, saber si es correcto o incorrecto lo que estamos haciendo, y además anticipar las pautas de comportamiento de otro, es decir, predecir lo que el propio gesto va a provocar en los demás. Este universo de prácticas puestas en el plano intersubjetivo, se sostiene de las relaciones. Por ejemplo. El esperar la micro se sigue sosteniendo como algo cotidiano, en la medida que seguimos tomando la micro en el paradero. Pues la estabilidad de esta práctica esta dada por un tipo de relación que se produce en los actos sociales reiterados. Nadie dice como hay que hacer las cosas, sin embargo se hacen de aquel modo, pues las conductas de los individuos no son más que los actos de toda la comunidad, en tanto se actúa en función de toda la comunidad previendo las respuestas de los otros y sin necesidad que medie la conciencia o el proceso reflexivo. El objeto construido sin embargo, no es inmodificable como parece, sino más bien absolutamente transformable, no obstante, no está en nuestra lógica de vida cuestionar las propias prácticas que sostiene nuestra vida cotidiana, pues el self opera desde ahí y ocupa una posición.

lunes, 3 de septiembre de 2007

Juan Sandoval Moya: "Representación, discursividad y acción situada"

Tras el quiebre epistemológico del Conductismo, como una corriente dominante que nace de la crítica al subjetivismo que prevalecía en el ámbito psicológico; emerge alrededor de los años 50 un nuevo discurso científico que da cuenta de un estudio de la mente y cognición humana de la representación de la realidad.

Esta tesis se funda en un contexto cultural donde los cambios revolucionarios de la tecnología, son considerados como un recurso objetivo para dar cuenta de la existencia de una entidad mental. Comparables en su funcionamiento y organización de la información.

La “Metáfora del Ordenador” (Turing, 1935), como analogía que refiere a un individuo y una máquina, es el eje epistemológico del programa cognitivista, que asienta sus bases teóricas en los postulados de cómo operarían la mente humana y un computador al recibir una orden. Estos procesarían de igual forma símbolos (sustentado en la lógica y la matemática) formales, reglados y sintácticos en esquemas mentales que clasifican y ordenan la realidad. Este sustento no toma en cuenta la dimensión contextual y social de cada individuo en interacción con otros, y aunque en sus inicios el cognitivismo pretendió realizar estudios de los significados de como se interpreta la información, centro sus intereses únicamente en como era procesada la información en un sistema limitado o de contenido estrecho, que da cuenta de una mente que opera independiente a las emergencias del contexto en el que esta situado el individuo. El cual entiende y significa el mundo, en base a sus propias experiencias y creencias para tener un sentido de continuidad, pero como un ente que representa en su interior una copia de la realidad externa.

La critica que en estos apartados se hace al cognitivismo, desde distintos autores, disciplinas y épocas. Aluden a que este modelo posee una visión individualista de la existencia de un procesamiento interno con independencia del mundo que le rodea e ignorando la existencia de una dimensión social.

Se entiende que exista un funcionamiento interno, como sistema con procesos de atención, memoria, percepción; pero no es posible obtener un conocimiento objetivo y fidedigno del mundo, sin considerar que en estas formas de representar e interpretar la realidad, se enlazan en un mundo compartido por hombres y mujeres que interpretan y significan mediante el lenguaje; que no es un mero código lingüístico que opera en el sistema como información para ser interpretada. Es mediante este lenguaje que las personas se relacionan y conocen el mundo.

Por lo tanto, el lenguaje va adquiriendo un sentido si se comprenden las reglas de los usos que este tiene en relación a formas de vida de cada persona, como miembros de una cultura, sociedad y con una preconcepción histórica.

lunes, 20 de agosto de 2007

IGNACIO MARTÍN-BARÓ


El autor intenta comprender a la psicología social desde la base de los presupuestos en los cuales se instala. Con el objetivo de distinguir dos aspectos para hablar de una disciplina; tanto su intencionalidad, como lo que posibilita su propia realización. Invitando a buscar el sentido de la disciplina desde la lógica de sus propios presupuestos, puesto que lo anterior tendrá implicancias en los sistemas de interacción humana, en tanto produce particulares formas de comportamiento con mecanismos específicos de comunicación, que van generando normas tanto explícitas como implícitas de convivencia que dan sentido al comportamiento, y funcionan como andamiaje de las relaciones.

Los presupuestos desde los cuales sienta las bases de la teoría es que una ciencia es definida por aquellos que han disputado del poder económico y social para determinar los problemas de estudio y sus metodologías, comprendiendo lo social desde el modelo Marxista-Hegeliano que postula que lo social se articula desde las luchas de clases entre los dominados y los dominantes, donde dichas dinámicas son producto de un contenido de valor o significación social de aquellos que tienen el poder y promueven particulares formas de acción en referencia a un significado dado por intereses sociales determinados y lo cual tendrá como resultado una determinada visión de ciencia y sociedad.

El trabajo de la psicología social desde Martín-Baró es analizar la acción referida tanto a procesos grupales como individuales, comprendiendo el conocimiento como parcial, relativo y limitado. No obstante no se explica a si misma desde el sujeto, puesto que sostiene que no somos parte del vacío, sino forjados desde una historia, en la cual nos movemos y le otorgamos sentido a nuestro estar.

El autor criticará cualquier posición que se base en la idea de interacción, debido a que se olvida de los determinismos macro sociales y de las concreciones históricas, centrándose solo en lo micro social, cayendo nuevamente en el asidero del individuo. Criticara también la idea de conducta, debido a que entienden la conducta como una ‘cosa’ mas de estudio, y el ser humano no podría ser homologado nunca a una cosa.

Sostiene que la psicología social debe tratar de comprender la actividad humana en el marco histórico en el cual se produce, lo cual esta ligado a una situación y referida al ser y actuar de unos y otros. Con esto se refiere a que la acción humana está referida a un influjo interpersonal, sin embargo, no a un influjo interpersonal abstracto, formalizador, ahistórico y generador de modelo, sino en referencia a un sujeto, los otros, la acción concreta y al sistema o red de significaciones. Sin embargo la noción de acción desde Martín-Baró no es una simple concatenación de movimientos, sino la puesta en ejecución de un sentido; es asimismo una acción concreta, ya que esta situada a un contexto histórico, es decir, mantiene un sentido intrínseco o interno a la acción. La acción concreta no es reducible a una cosa, ni a una interacción, hay un sentido intrínseco en ella, inscrito y producido históricamente, en tanto encierra un sentido y símbolos para un sujeto y los otros individuos de un pueblo o sociedad.

La psicología social examina ese momento en que lo social se convierte en personal y lo personal en social; desde la noción de la acción en cuanto ideológica, la cual hace referencia a que la sociedad se configura por el conflicto entre grupos con intereses contrapuestos, comprendiendo cómo estos sentidos se articulan con los intereses de clase y dominan ciertas formas de vida. Viéndose reflejados en la acción concreta, es decir, cómo ciertas prácticas se mantienen de acuerdo a lo ideológico. Lo ideológico dota sentido a la acción personal, sin embargo lo personal no se reduce a la ideología, ya que puede trascender a ella mediante una toma de conciencia, pues la ideología es una falsa conciencia, en la que se presenta una imagen que no se corresponde con la realidad, y la cual posibilita una interpretación de la realidad, esquemas prácticos de acción, justifica el orden social existente y legitimar ese orden como válido. Las fuerzas sociales se convierten en formas concretas de vivir, sentir y pensar de las personas, es decir, la objetividad social, se convierte en subjetividad individual. Desde aquí la psicología social intenta comprender, explicar y predecir esquemas de acción de los individuos y grupos sociales, convirtiéndose es una disciplina bisagra, en tanto conecta lo social con lo personal.

viernes, 10 de agosto de 2007

Experimento de Zimbardo - "El poder de la situación"

El Experimento realizado por Philip G. Zimbard, trata de un estudio de simulación de la psicología del encarcelamiento llevado a cabo en la Universidad de Stanford.



Consigna # 1

¿Cómo se podría comprender la relación individuo/sociedad en el experimento?

La relación individuo/sociedad respecto al experimento de Zimbardo, se puede comprender desde dos aproximaciones. En un primer acercamiento se podría sostener que los estudiantes al ingresar al experimento son parte de una sociedad, la cual carga con ciertas precomprensiones acerca de los roles que debían desempeñar. Estas creencias son significados o códigos arraigados culturalmente que surgen con forma de prejuicios, los cuales inevitablemente están incorporados en el individuo y su relación con el medio. Desde esta idea se puede desprender que los juegos de roles que se fueron manifestando mediante el experimento, arrojaron luces de conductas de: poder, agresión, perdida del control, sumisión, estrés; entre otras. Por ejemplo, aunque no se promueva la violencia por parte de las políticas jurídicas; los guardias tienden a tener un dominio de poder por sobre un presidiario, sustentados en el discurso de mantener el orden y la jerarquía. A su vez los presidiarios deben asumir una actitud sumisa y responsiva, creándose una dinámica relacional que promueve y mantiene este sistema. Estas estructuras institucionalizadas limitan y normalizan las relaciones cimentadas desde la modernidad cuando surge la idea de individuo y la idea de normar lo relacional.

Desde una segunda aproximación, se puede cuestionar la idea de una identidad definida y de un autoconocimiento respecto de como actuamos frente a determinadas situaciones y contextos. A pesar de que esta actividad tenía un carácter de experimento y todos lo sabían en su inicio, asumiendo que debían jugar a desempeñar roles. Al ponerse en marcha el aparato, comenzó a emerger una dinámica que seguía su curso propio, como nos sucede constantemente cuando nos encontramos en situaciones donde nos relacionamos con otros; y estas comienzan a desviarnos de nuestras creencias, comenzando a negociar formas distintas de significar el mundo y las relaciones, que a veces son sutiles, pero que marcan diferencias que se van transformando durante el proceso y nos llevan a actuar de forma distinta a las que creíamos las propias convicciones. Por esta razón, se piensa que el autor denominó el experimento “el poder de la situación” ya que en el tejido social se construyen y median activamente formas comunes de significar el mundo, las cuales nos posibilitan relacionarnos.


domingo, 5 de agosto de 2007

Primera entrada.....


Creación del blog.

Lugar de nuevos comienzos...nuevas enseñanzas.